La líder de la oposición venezolana, Maria Corina Machado, anunció el 29 de julio que contaba con las actas que demuestran el triunfo electoral del candidato Edmundo González Urrutia: “Ya podemos probar la verdad. Después de 24 horas de trabajo ininterrumpido, nuestros comanditos han hecho un trabajo excepcional. Y mientras el régimen durmió muy preocupado, nosotros no dormíamos porque estábamos muy ocupados”, explicó en conferencia de prensa Machado junto a González Urrutia. Fue justo después del anuncio del Consejo Nacional Electoral (CNE), que con el 80% de las actas escrutadas dio como ganador a Nicolás Maduro con el 51,20%. “En este momento me emociona decirles que tenemos el 73,20% de las actas”, rebatió la dirigente opositora.
La recolección de las actas, que otorga a González una victoria por 37 puntos, se hizo a través de agrupaciones conocidas como comanditos, estructuras de fiscalización electoral coordinadas desde la Gran Alianza Nacional (GANA), una plataforma ciudadana vinculada a la coalición opositora lanzada en enero. Machado anunció que la digitalización de las actas se pondría a disposición de cualquier persona con una cédula de identidad registrada en el CNE, a través de una página web. En la rueda de prensa, Machado explicó que las actas “se verifican, son inspeccionadas, se totalizan, se escanean, se digitalizan y se colocan en una web robusta”.
La oposición recurrió a la organización ciudadana para garantizar un proceso transparente en medio de unos comicios cruciales y caracterizadas por la inhabilitación y persecución de actores contra el régimen. Se formaron equipos en todo el país para movilizar votantes, defender el sufragio y cuestionar a las autoridades electorales del país, quienes han puesto continuos obstáculos para la oposición desde hace más de 20 años. La última vez que el CNE publicó en líneas unas actas fue en de las elecciones parlamentarias de 2015, el primer y más significativo triunfo de la oposición desde el referéndum constitucional de 2007.
El trabajo de los comanditos fue vital, explica uno de los coordinadores en Caracas de la Gran Alianza Nacional, quien pide guardar el anonimato por temor a represalias. “Logramos armar una súper estructura en todo el país, con más 60.000 comanditos, cada uno de ellos integrado por un mínimo de diez personas con funciones específicas”, explica por teléfono. “Esta organización, junto a partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil, fue la que nos permitió sacar las actas, en algunos casos sin que nadie se diera cuenta, bajo total anonimato y en un contexto de mucha violencia y persecución”, añade.
Los comanditos son parte del equipo operativo electoral 600k, el llamado “plan de integridad electoral” diseñado para esta campaña. Este implicó la organización de 600.000 personas a lo largo del territorio nacional, con equipos formados para la defensa del voto. La estrategia fue anunciada el 21 de enero por Henry Álviarez y Dignora Hernández. El régimen de Maduro los detuvo dos meses después. El coordinador de la Gran Alianza afirma que la meta de los comanditos era garantizar el acceso a las actas: “Fue algo que tuvimos que ocultar por mucho tiempo, mientras nos enfocamos en las formaciones de defensa al voto, la construcción del tejido comunitario y la logística del registro”.
Comadres, ‘coaches’ y capitanas
Para registrarse bastaba con encontrar entre 5 y 20 personas y llenar un formulario de Google del comando o equipo de campaña con nombres, cédula y dirección. Cada comandito sería organizado a través de una jerarquía horizontal y conformada por las comadres, coaches, managers, capitanas, testigos, radares, suplentes y observadores. “Muchos equipos hasta desarrollaron un lenguaje físico secreto para comunicarse entre ellos a través de señas privadas”, dice el coordinador desde Caracas.
El día de las elecciones, Arnellys se desempeñó como capitana de un comandito en la parroquia Sucre, al este de la ciudad. Su cometido era garantizar que los votantes acudieran a las urnas sabiendo cómo votar y atender las necesidades de las testigos y otros miembros del comandito. “Fue un trabajo titánico. En algunos se dificultó más obtener las actas y hubo personas que hasta reportaron amenazas de los oficiales del Plan República [el dispositivo de seguridad del Gobierno] para que no se las llevaran, a pesar de que es el derecho de los testigos obtener una copia del acta”, explica por teléfono desde una locación desconocida.
“Nos enfrentamos al CNE y al Plan República para exigir nuestros resultados. Sabíamos que no iban a querer entregar los resultados reales y también que nuestro trabajo era un posible peligro para todos. Lo que más me impactó de mi centro de votación fue la cantidad de gente joven votando por primera vez y con la esperanza de un cambio. Saben que con Maduro en el poder se van a tener que ir del país”, apunta.
Lissette González, la coordinadora de monitoreo, investigación y medios de la ONG Provea, afirma que solo se ha podido confirmar un caso de detención de un testigo de mesa, ocurrido en Trujillo, un Estado al oeste de Venezuela. Gonzalo Himiob, abogado de la ONG Foro Penal, afirma que su organización no ha registrado dichos casos.
Hay que quedarse
Mauricio llegó el 28 de julio a su centro de votación a las cinco de la mañana. Las semanas anteriores había intentado convencer a diez personas para registrarse en un comandito, pero no logró llegar al número requerido. Mientras hacía la fila en su centro de votación en San Martín, tomó la decisión de quedarse hasta el final del día. “Terminamos siendo un grupo de cincuenta personas que defendimos el voto hasta medianoche. No estábamos previamente organizados ni nos conocíamos, pero no estábamos ahí solo para votar, queríamos hacer lo posible por defender ese voto”, dice. Mauricio terminó siendo una pieza clave para documentar y hacer públicas las tres actas y sus respectivos códigos QR, que demuestran la validez de las actas junto con el hash y la firma de los miembros de mesa.
“En mí centro hubo muchísimas irregularidades: las mesas no abrieron a la hora, ni hicieron el protocolo adecuado cuando una máquina se daña por más de 90 minutos. Nos dieron a entender que si protestamos por nuestros derechos habría represalias e intentaron intimidarnos con la policía. Lo más grave fue que no dejaron que documentáramos el proceso después del cierre de mesas, que por ley, es abierto a la ciudadanía”, señala Mauricio, quien intentó fotografiar una de las actas, pero un oficial del Plan República le obligó a borrar la imagen.
Al día siguiente, uno de los testigos de mesa, los únicos que legalmente pueden llevarse una copia del acta, contactó a Mauricio para mostrarle los documentos y dejar que los fotografiara. “Nunca supe si me pidió eso porque tenía miedo de no poder ir a entregar las actas al lugar indicado o si solamente quería que yo también fuera parte de ese momento: mostrar la evidencia de que, al menos en nuestro centro, habíamos ganado”, asegura. Al día siguiente, María Corina Machado anunció que habían recopilado evidencia de las actas en los 24 Estados del país. Machado afirmó el 30 de julio que la oposición se había hecho con el 84% ciento de las actas. “No solo ganamos, arrasamos”, dijo en una multitudinaria asamblea en Los Palos Grandes. Tales actas muestran que González Urrutia ganó las elecciones con el 67%.
Wendy Racines, una documentalista que registró la defensa del voto en un centro electoral en Caricuao, una zona de clase trabajadora al sureste de Caracas, explica que “las redes de los comanditos van más allá del mismo comandito”. “Toda la comunidad ayudó de la forma que pudiesen, no solo directamente defendiendo el voto: algunas personas ayudaron con los refrigerios, el carnicero donó tres kilos de jamón, una señora ayudó con el transporte de personas mayores, otros se acercaban con café”, asegura.
El coordinador de la Gran Alianza propuso una formación electoral que incluyera a toda la comunidad. “Cuadramos los procesos de formación con el equipo de Súmate y un grupo de abogados, periodistas y defensores”, indica. Se hcieron talleres de formación, charlas vía Zoom, flyers y boletines. “Nos enfocamos en la legislación electoral, los roles de los miembros de mesa, los patrones de irregularidades y el plan de Gobierno de González Urrutia”, señala.
Tecnología por el pueblo para el pueblo
Una vez reunidas las actas, GANA las hizo públicas en una página web de fácil acceso. La página, publicada solo 24 horas después de las elecciones, está diseñada como un MVP (Minimum Viable Product), un desarrollo web que pone en línea una página en poco tiempo. Expertos en seguridad cibernética aseguran que la programación es sencilla y toma solo algunas horas. Esta no posee mucha información, lo que ayuda a mantener el anonimato. El periodista Fran Monroy afirma que lo que más llama la atención de esta web es “su enorme capacidad para garantizar la seguridad de la evidencia a pesar de haber recibido muchos ataques desde su publicación”.
El sitio web posee una interfaz simple a la que el usuario ingresa su número de cédula y puede ver el acta de su centro de votación, indiferentemente de si votó o no. Cada acta contiene un código QR único que permite verificar la firma criptográfica del acta.
Lo mismo ocurre con las imágenes de las actas que se han subido a la web: están limpias de metadatos, información que las fotos traen por default y que, de no borrarse, pueden proveer datos como ubicación o datos del autor. A pesar de que la web guarda estadísticas de los usuarios, no es posible rastrear los datos ya que estos no proveen datos personales. “Me preocupa más que obliguen a los proveedores a entregar la información de los usuarios que se conectaron y sus cédulas,” afirma un experto de entornos digitales del Estado de Zulia, quien pidió mantener el anonimato.
Una segunda página web fue publicada el 30 de julio. No solo tiene la misma funcionalidad que la primera sino que permite revisar cualquier centro de votación, ofreciendo información de las actas por ciudad o Estado, así como estadísticas generales y la cantidad de actas digitalizadas en cada centro. Una fuente anónima afirma que la segunda web, más compleja que la anterior, también puede desarrollarse en un día con un equipo de programadores.
La ciudadanía ha sido parte del proceso desde el primer día, incluso desde sus propias esquinas. Desarrolladores web no involucrados con el proyecto o los comanditos han empezado a construir sus propios sitios de respaldo para asegurar de que, en caso de que las páginas oficiales presenten problemas o sean derribadas, la información se mantenga clara y accesible. María Corina Machado rindió homenaje en las marchas del sábado: “Es para celebrar el trabajo de los comanditos”.
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