«Todas somos Gisèle». Unas 10.000 personas se manifestaron el sábado en Francia en apoyo a Gisèle Pelicot, drogada por su marido durante una década para que la violaran decenas de hombres, exigiendo que la «vergüenza cambie de bando».
Más de 3.500 manifestantes, mujeres y hombres, reunidos en la plaza de la República de París, corearon consignas como «Ya no estás sola» o «Violador, te vemos; víctima, te creemos».
En Marsella, en el sur del país, los participantes en la protesta – que superaban los 1.000, según los organizadores- colgaron una pancarta en el palacio de justicia en la que se leía: «Para que la vergüenza cambie de bando».
En el oeste, en Rennes, entre 200 y 400 personas enarbolaban carteles con las consignas «protege a tu hija, educa a tu hijo» o «Gisèle, te queremos».
La diseñadora gráfica belga Aline Dessine, con 2,5 millones de suscriptores en TikTok, dibujó un cartel con el rostro de Gisèle Pelicot, con melena corta y gafas de sol redondas, que sirvió para lanzar la convocatoria a manifestarse por las víctimas de violencia sexual.
Gisèle, de 71 años, despertó una enorme ola de apoyo a las víctimas de violaciones y agresiones sexuales al aceptar que el juicio a su marido y a los 50 hombres que este contactó por internet para que la violaran mientras estaba inconsciente fuese público.
El proceso judicial contra Dominique Pelicot, ahora exesposo de Gisèle, y los 50 coacusados comenzó el 2 de septiembre en Aviñón, en el sur de Francia.
«Requiere mucho valor por su parte pero era fundamental, con esto se pueden ver los rostros de su marido y de todos los demás, ver que no eran marginales sino ‘buenos padres de familia’», subrayó Justine Imbert, de 34 años, que se manifestó en Marsella con su hija de seis años.
En todas las protestas, los participantes exigieron que estos temas dejen de ser tabú y que este proceso sirva para que la sociedad y los poderes públicos actúen.
«Este juicio mediático hará que se hable de ello, despertará las conciencias», declaró Martine Ragon, una jubilada de 74 años que salió a las calles en Marsella para «denunciar la cultura de la violación».
«Cuando leí la historia, sentí asco, incluso asco de ser un hombre […]. Espero que haya una verdadera condena, un verdadero ejemplo», dijo, por su parte, a la AFP Stéphane Boufferet, de 26 años, trabajador en el sector agrícola que protestó junto a unas 200 personas en Clermont-Ferrand, en el centro del país.
AFP
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