Carlos Sainz Jr., el piloto español de Ferrari en Fórmula 1, ha visitado la noche de este lunes el plató de El Hormiguero. Lo ha hecho aprovechando su estancia en su país natal de cara al Gran Premio de España que tendrá lugar esta semana, motivo por el que Pablo Motos ha podido entrevistarle, algo muy difícil, según el entrevistador, con el “currazo” que se pegan estos deportistas viajando cada semana a un país distinto.
“No sé ni siquiera si tengo casa ahora mismo”, ha confesado entre risas Carlos, que ha explicado cómo pasa 200 días en el extranjero y el resto debe repartirlos entre días de entrenamiento en el simulador en Italia, eventos y, por supuesto, su familia y sus amigos. “Se ríen de mí porque siempre les aviso a última hora”, ha contado al hacer referencia a cómo se organiza para ver a sus seres queridos.
El Gran Premio de España, en ese sentido, debería ser un alivio ya que puede estar cerca de todas esas personas y, además, le permite pasar unos días por casa. Pero lo cierto es que es justo lo contrario: “Te consume bastante, le dedicas mucho más tiempo a los fans, a la prensa, tienes muchísimos más eventos de los patrocinadores. Todo gira en torno a ti y estás super ocupado. Tienes que asegurarte de que no llegas demasiado cansado a los libres, los clasificatorios y la carrera”.
Eso sí, el piloto ha reconocido que se siente muy animado cuando llega al circuito y se encuentra con el apoyo del público español. “Donde el calor se nota es en el circuito. Mola mucho que te esté esperando una cola de cientos de personas animándote”, ha dicho al respecto, “miro siempre a la grada y me río porque están allí como locos, les saludo pero no sé si ven mi mano”.
Pasados unos minutos, Pablo Motos ha querido dejar de lado el lado competitivo de las carreras y centrarse en cómo es el día a día de los pilotos. Sobre ello, ha querido saber si es cierto que a los pilotos les hacen “perder peso para ponérselo al coche”, algo a lo que Carlos Sainz Jr. ha contestado afirmativamente.
“Si el coche ha nacido un año y ha nacido gordo, por así decirlo, tú lo que quieres es quitarte ese peso y ponérselo al coche lo más abajo posible”, ha explicado para sorpresa del presentador. “Mi límite de peso es de 80 kilos. Ahora peso unos 72, pero con el mono y demás llego a los 80. Pero si consigo llegar a los 77 puedo poner esos tres kilos en todas las partes del coche, según me venga bien”.
Pablo Motos no daba crédito al escuchar eso. “Entonces ves un plato de macarrones y dices ‘bueno, si no me lo como a lo mejor puedo añadirle peso al coche’”. “Yo miro las hamburguesas sobre todo”, ha confesado el piloto, “y paso mucho tiempo en Italia y las pizzas… bueno, no me meto en detalles”, ha dicho entre risas.
Pero, ¿qué diferencia puede suponer que el coche pierda o gane esos kilos? Carlos le ha explicado a Motos que esa diferencia de tres kilos supone ganar una décima por vuelta en las carreras, “que pueden equivaler a una o dos posiciones”. Además, si eso lo aplicamos a la carrera entera, “son seis segundos al final, y yo me dejo la vida por seis segundos”. Hasta tal punto llega la pasión de estos deportistas en la Fórmula 1.
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