La furia desatada en el seno de la revolución bolivariana tras dar a conocer la Unión Europea (UE) que sólo retiraba las sanciones contra el principal rector del Consejo Nacional Electoral (CNE) puede dar al traste con la observación internacional de la UE en las presidenciales del 28 de julio. «Mi propuesta es que le enviemos una misiva firmada por la junta directiva de la Asamblea Nacional (AN) al señor valiente presidente del CNE, Elvis Amoroso, solicitándole que retire la invitación hecha a la UE por groseros, bastardos, canallas, ilegales e ilegítimos», arengó Jorge Rodríguez, presidente del órgano legislativo bolivariano.
El Mundo | Daniel Lozano
Semejante iniciativa supondría, salvo volantazo de última hora, que la UE no formaría parte del grupo de observadores internacionales para el 28J, en el que también se encuentra Naciones Unidas y el Centro Carter, además de distintos colectivos amigos de la revolución.
«Se hace materialmente imposible por ilegal la invitación y no es culpa nuestra, hay principios innegociables. Ustedes quieren que el poder de Venezuela lo tenga una marioneta, títere senil de Estados Unidos», disparó Rodríguez en referencia al diplomático Edmundo González Urrutia, candidato de la oposición democrática, que aventaja a Nicolás Maduro por un 40% en las encuestas.
Rodríguez, hermano de la vicepresidenta Delcy, también calificó a los europeos de «ridículos», «bárbaros» e «imbéciles». «Veremos quién tiene que meterse sus palabras por donde les quepa», remachó.
El enfado chavista, que ya adelantó el propio Maduro durante su programa semanal de televisión, aumentó con el paso de las horas tras conocerse que la UE había decidido retirar sus sanciones de forma temporal a cuatro dirigentes y exdirigentes del CNE, en especial a Amoroso, el único de los beneficiados que permanece en la institución electoral. Se trata de un funcionario de absoluta confianza para el Palacio de Miraflores. Bruselas justificó su decisión ante los «pasos alentadores» que habría demostrado el CNE al permitir la inscripción de González como candidato unitario.
Sabedor de que estaba en la mirada de sus jefes revolucionarios, Amoroso aseguró que no aceptaba su perdón, que le permitiría viajar a Europa, «por ser inmorales y contrarias a mis valores ciudadanos».
La UE, en cambio, prorrogó hasta enero las sanciones contra el resto de los dirigentes chavistas, entre los que se encuentran jerarcas, generales, oficiales de Inteligencia, colaboracionistas y torturadores denunciados ante la Corte Penal Internacional.
«Nosotros no necesitamos que nos levanten las sanciones», se jactó por su lado Diosdado Cabello, número dos de la revolución y quien encabeza la lista de los sancionados. «Nadie nos va a imponer cómo hacer las cosas», remachó.
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